Según ha informado la National Christmas Tree Association, el ochenta por ciento de los árboles artificiales que se venden en Estados Unidos provienen de China y están fabricados con PVC u otros materiales que no son biodegradables y que contienen plomo.
Surge entonces el debate entre quienes respetan la tradición a rajatabla y optan por el árbol tradicional, natural, entre los ecologistas que se pronuncian en contra de la tala de árboles y entre los ambientalistas que a favor del medio ambiente proponen el uso de elementos reciclables.
Así entonces, y en medio de los habituales debates, cada país y cada familia arma árbol navideño de acuerdo a las tradiciones o costumbres propias del lugar. Decididos tal vez por las polémicas que mencionábamos, en Shangai, China, han levantado un particular árbol de Navidad construido a partir de mil botellas de cerveza Heinekken que, como bien sabemos, se caracterizan por su color verde.
La monumental construcción alusiva se yergue sobre la avenida Nnjing pero, a pesar del mensaje que desea transmitir, no ha sido construido con material de desecho sino con botellas llenas. De cualquier manera le da un aspecto festivo a la ciudad, nos permite reflexionar sobre los aspectos anecdóticos de la Navidad y pensar qué destinos podrán tener para la próxima, tantas botellas vacías de vino, champagne y otras bebidas que seguramente beberemos en ésta.
Vía: Inhabitat
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